lunes, 5 de mayo de 2014

Verdadero y falso

Como indica el autor en el texto, si bien nos maravillamos con la idea de tener dinero, en ocasiones no discernimos el verdadero del falso. Y no sólo con el dinero, sino también con demás productos de uso cotidiano, como la ropa. Pero toda esta falsedad ha ido creciendo exponencialmente junto a los ingresos de las personas. Poco dinero, más falsificaciones. Al ser más baratas, suelen ser también de peor calidad, pero es que existen algunas que están echas con tanto esmero y amor, que es muy difícil en ocasiones diferenciar el real del falso. Hay veces que puedes pensar que esto es verdadero y darte cuenta más tarde que no, que era falso. Y al revés.
Hay una especie de ciclo, sobre todo en el dinero, en el que se crean una serie de artículos, y logran introducirlos en el mercado de manera impune. Éstos pasan de mano en mano hasta que el falsificador se puede encontrar con algo de su propia fábrica. ¿Porqué? Por que no hay tanto control como se esperaba en este ámbito, y puede llegara ser atractivo para aquellos que no pueden permitirse el verdadero de marca.
Ya que, en ocasiones, los falsos pueden llegar a tener una reducción tan alta frente a los otros, y la calidad que disminuye es tan nimia, que se convierte en un claro objetivo de la gente con un sueldo normal.

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