lunes, 27 de enero de 2014

Sus muertos más frescos

Las tradiciones populares como días conmemorativos o celebraciones están siendo sustituidas por intentos de traer las tradiciones americanas e inculcarlas en la memoria colectiva, como si hubieran estado toda la vida conmemorando algo de lo que no somos conscientes y que no conocemos. Me recuerda al planteamiento del libro de George Orwell 1984, donde se manipulaba la conciencia haciendo creer que estaban en guerra con una región diferente y eliminando todo documento que pudiera decir lo contrario.
Y no sólo con Halloween, también con otras como la Navidad, celebrando la llegada de Papá Noël, como mera excusa para recibir más regalos. Llevamos tanto tiempo viendo en la televisión y en el cine las tradiciones americanas e inglesas, y deseando sentir lo mismo que ellos, que no me extrañaría que dentro de poco celebrásemos Acción de Gracias y todas las familias cenaran pavo.
El problema es que para ellos están ya muy arraigadas, con tradición de décadas e incluso siglos. No podemos apropiarnos de eso creando un proyecto peor elaborado de Halloween, donde sólo los jóvenes se disfrazan de muertos vivientes y brujas. Para ellos no es sólo eso.

Nosotros lo vemos como otra celebración más con la que emborracharse y no trabajar, y es por eso que no tomamos de otros países diferentes las tradiciones. Cada país es diferentes, podemos intentar crear nuevas y diferentes, no apropiarnos de otras ya arraigadas en cada región.

Armas E.E.U.U.

Los Estados Unidos de América, para muchos de sus habitantes, la única América que existe. Uno de los países con más armas del mundo, sin contar los países en guerra, aún siendo los que se las proporcionan. Recordando sucesos trágicos como el tiroteo en el instituto de Columbine o la escuela en la que entró un hombre armado y mató a sangre fría niños pequeños y a un profesor del centro, podemos ver que es el país de la libertad... para hacer cada uno lo que quiera.
La policía se ensaña con aquellos que fuman, consumen drogas y no pagan sus multas de tráfico, hasta llegar al punto de matar conductores por hacer movimientos bruscos. Pero en el tema de las armas, cualquiera puede sacarse la licencia y comprar armas grotescas y excesivas para simplemente “protegerse” en sus casas.
Un país en el que se protegen a base de pistoletazos y escopetazos al mínimo movimiento, dejando a un lado la justicia y guiarse por el instinto y la venganza, no me parece para nada seguro. Viven con miedo, colocando diez candados y seguros en sus casas, mientras que en muchos otros países (casi todos, por no decir todos, europeos) se dejan incluso las puertas de sus hogares sin ningún tipo de seguro, pudiendo entrar cualquiera. En esos lugares no hay casi delincuencia. Las televisiones americanas culpan de ello a los videojuegos, teniendo Japón los más violentos y con lo que más pasan el tiempo, y son de los países con menos criminalidad del mundo. Más tarde, a las películas, teniendo muchos países filmes violentos y sin casi ningún indicio de delincuencia.
Espero que algún día se den cuenta, aparte del partido de Obama, de que el problema radica en la cantidad ingente de armas, sin que sea demasiado tarde para reconocerlo.


Mi suegro ganó al Boss

Los padres, esas figuras que los hijos, hasta cierta edad, conservan en un pedestal. ¿Porqué? Porque saben que cualquier cosa que les pase, por duro que sea el castigo venidero, siempre pueden contar con ellos pase lo que pase. Por ello, las figuras paternales deben ser conscientes de la gran presión y el duro trabajo al que están sometidos. No pueden tomarse esto a la ligera como algo que “te ha tocado” y tienes que sobrellevarlo como puedas.
Si se tiene un hijo, debe ser porque se quiere tenerlo de verdad, no porque su mujer haya insistido hasta que aceptaras, y cuando haga alguna travesura de niños, no se debe tener como excusa “estos niños... no sabéis lo cansinos que son...”, suspirar y dejarles que sigan molestando. ¡Todo el mundo sabe lo cansado que es cuidarlos, pero no por eso se les debe dejar hacer lo que quieran cuando quieran diciendo que sólo es un niño, desembocando en que de mayor sí que hará lo que le venga en gana y pueda ocurrir cualquier cosa nefasta... como aquella noche en el Madrid Arena, cuando muchos padres no sabían ni lo que estaban haciendo sus propios hijos.
Tener hijos es algo muy serio, que por muy difícil que sea se les tiene que dar un ejemplo constante sin flaquear ningún momento. O simplemente, que no te importen todas estas minucias y te llene de verdad ser padre y te haga feliz, no tratarles como una carga. Es uno de los cometidos principales de un padre. Ser consciente de lo que conlleva y que además te sientes bien haciéndolo.

Carácter y destino

Al igual que el autor, yo también soy un fanático de las series, pero hoy en día, ¿quién no lo es? Teniendo desde series de humor hasta series trepidantes con personajes memorables, son el nuevo sustituto de las películas. Antes, en tiempos primerizos de la televisión, habiendo sólo dos canales en donde elegir, no había mucho empeño en conseguir un buen plantel de actores o directores y lograr resultados dignos de Hollywood.
Con el poco dinero del que disponían, se las ingeniaban para que todo el mundo se quedara pegado al televisor hasta que acabara. Eso significaba que contaban con protagonistas con fuerza o, como bien dice Fernando Savater, personajes de carácter y destino.
Si bien por aquella época no se llegaba al nivel de las superproducciones de películas, hoy en día se está realizando gracias al dinero, esfuerzo y plantel que se destinan a las series de televisión, ya no consideradas un subproducto de su hermana mayor, sino como un ente independiente que, en ocasiones, traslada esos actores y directores que han logrado poco éxito o,  digamos, que han pasado desapercibidos en la gran pantalla y les dan la importancia que se merecen como protagonistas o actores secundarios con gran peso en la pantalla, o guionistas de la serie del momento.
O a la inversa, cuando los personajes han alcanzado un reconocimiento considerable y saltan al cine, como lanzamiento de su carrera artística; pero con las series también se consigue ese estrellato, aunque esté infravalorado. Tarde o temprano, lograrán una importancia equiparable a las películas, siendo las dos queridas y odiadas a partes iguales.

miércoles, 22 de enero de 2014

Conducción española

El autor deja claro que el problema del examen de conducir no es meramente teórico, si no que radica en la capacidad de cada uno para poder conducir debidamente y seguir las señales de tráfico, que por alguna razón las ponen ahí, no sólo para molestar al conductor.
Las frases populares como "ahora le dan el carné a cualquiera" o "seguro que se lo han dado en la tómbola" cobran mucho sentido aún siendo ya muy escuchadas, ya que, en cierto modo, tienen razón. Mucha gente no le dan la importancia que se merece a conducir ni se lo toman en serio, ya sea en coche, moto, camión o lo que sea. Por mucho que lo veamos como algo natural, a los 18 sacarte el carné y para toda la vida, no podemos tomárnoslo a risa. El tema de los coches es muy serio, teniendo en cuenta los accidentes. Habría que concienciar a todos aquellos que pretendan sacarse el carné, pero no con anuncios acerca de cómo le puedes destrozar la vida a una familia.
Por ello, en las escuelas (no sé si en todas) se hacen, en primaria sobre todo, actividades educativas sobre las normas de tráfico y que tengan una idea general de cómo funciona la (extensa) legislación automovilística.
Puede que aumentando las preguntas se mejoren un poco el conocimiento de cada uno, pero no sirve a la hora de la verdad, cuando hasta al más ciego le dan un carné, o los que toman como referencia las películas al estilo de Fast and Furious, donde la velocidad mínima es de 200km/h. Así, terminan en los noticiarios con el encabezado "tragedia en...". Es un tema muy serio, y habría que tratarlo como tal.

La injusticia

En el texto, Elvira Lindo retrata muy sabiamente lo que es la injusticia y la posición que la población adopta acerca de este tema, y no puedo más que darle la razón. Vivimos en un mundo en donde se suceden atrocidades y no hacemos más que mirar a otro lado como si no existieran o hablar de ellas y quejándonos, pero si nos ocurriera no reaccionaríamos de la manera en que lo contamos. Sí, estas cosas se encuentran al orden del día... pero la humanidad no puede ser tan mezquina.
Si sólo existiera gente como la que retrata la autora en el mundo, nos hubiéramos extinguido en un abrir y cerrar de ojos. Quiero creer que la mayoría son buenas personas, o que intentan serlo por culpa de impedimentos externos. El problema radica en la pequeña minoría que, al hacer el mal o predicarlo, se expanden más que los que hacen el bien. Como si vertiéramos petróleo en el mar. Una pequeña cantidad basta para contaminar gran parte, pero no ocurre a la inversa. Alguien que actúa benévolamente se verá eclipsado por los otros si son más.
Esto no quiere decir que por ello tengamos que dejar de hacer bien poniendo como excusa "no cambiará nada". Al contrario. Por pequeña que sea la acción, si se juntan muchas más el cambio es inminente. Para aquellos que hieren o se aprovechan del prójimo, para los que "no tienen otra opción" y "sólo acata órdenes". Que sepan que siempre hay otra opción y una manera de actuar por ti mismo. Se cree que la civilización hace al ser humano peor persona, pero nada más lejos de la realidad. Es esa integración en el colectivo la que nos hace mejores personas y nos corta las raíces salvajes de nuestra naturaleza. En soledad, no se puede lograr nada. La humanidad es la salvación.